Ver amanecer desde la terraza del último piso del Hotel Politeama, fue el primer regalo de un día lleno de sorpresas. La gran plaza, el Teatro
Politeama, el Teatro Massimo, el mar, la montaña y Palermo compensaban el
madrugón y el cansancio acumulado.
El día anterior habíamos salido de Florida a las 5 de la madrugada, viajado en autobús hasta Madrid, volado hasta Roma y luego hasta Palermo. Y al llegar agotados al hotel, soltamos las maletas para acudir a nuestro primer encuentro con la ciudad. Los alrededores del hotel, el Kursal, el kiosko Ribaudo, il Tempietto della Musica, la Fontana Pretoria, y uno de los lugares más célebres de Palermo. I Quattro Canti. Y justo esos dos lugares son los primeros que visitamos aquella mañana en la que afortunadamente el sol brilló. Y es que a Quattro Canti (cuatro esquinas) se le conoce también como Il Teatro del Sole, ya que mientras el astro brilla en el cielo de Palermo, siempre se posa al menos sobre uno de los “canti”. Se trata de un octógono formado por el cruce de las dos principales calles de la ciudad, Via Maqueda y Vía Vittorio Emanuele. Allí confluyen los cuatro barrios más importantes de Palermo, conocidos como “mandamenti”. Cada esquina, ocupada por la fachada cóncava de un palacio del 600, representa el “mandamento” que queda a su espalda, y cada uno tiene en el palacio su santa protectora.
El día anterior habíamos salido de Florida a las 5 de la madrugada, viajado en autobús hasta Madrid, volado hasta Roma y luego hasta Palermo. Y al llegar agotados al hotel, soltamos las maletas para acudir a nuestro primer encuentro con la ciudad. Los alrededores del hotel, el Kursal, el kiosko Ribaudo, il Tempietto della Musica, la Fontana Pretoria, y uno de los lugares más célebres de Palermo. I Quattro Canti. Y justo esos dos lugares son los primeros que visitamos aquella mañana en la que afortunadamente el sol brilló. Y es que a Quattro Canti (cuatro esquinas) se le conoce también como Il Teatro del Sole, ya que mientras el astro brilla en el cielo de Palermo, siempre se posa al menos sobre uno de los “canti”. Se trata de un octógono formado por el cruce de las dos principales calles de la ciudad, Via Maqueda y Vía Vittorio Emanuele. Allí confluyen los cuatro barrios más importantes de Palermo, conocidos como “mandamenti”. Cada esquina, ocupada por la fachada cóncava de un palacio del 600, representa el “mandamento” que queda a su espalda, y cada uno tiene en el palacio su santa protectora.
Visitamos también la imponente iglesia barroca de san Giuseppe dei Teatini,
la de Santa Ninfa dei Crociferi y volvimos, ahora de día, a contemplar y
fotografiar la enorme Fontana Pretoria. Esta
mole, conocida por los palermitanos como “Fontana de la Vergogna” por el
escándalo que provocaron todos aquellos desnudos de dioses, ríos y alegorías
varias, fue construida en el siglo XVI para un palacio florentino, pero cuando
uno mira ese despropósito y esa multitud de brillantes carnes que provoca algo
de desconcierto, intuye que su destino final era, inevitablemente, Palermo. Después café en el Liberty para hablar de los normandos, y preparar la próxima parada.
Os dejo, además de las imágenes, dos videos. El trailer y un fragmento de una auténtica joya, de una película del
gran Win Wenders, inspirada en un viaje a Palermo. Palermo Shooting, una
historia sobre la vida y la muerte, como dice el subtítulo. Os dejo también
unas palabras del director ante las que guardo un reverente silencio.
Yo escucho siempre las historias que los lugares quieran
contarme. Y Palermo me ha escogido para desvelar la suya…Palermo es una ciudad
única. No solo en Sicilia, en Italia o en Europa, sino en el mundo entero. No
conozco ninguna ciudad que haya estado dominada por tantos pueblos, griegos,
romanos, árabes, normandos, españoles, franceses, alemanes, austriacos…y todos
han dejado su huella...
La película no es sobre el sentido de la vida, sino sobre importancia
de no perder la oportunidad de vivirla…si te dejas alcanzar, la película se
transforma en una experiencia muy rica. Si rechazas su propuesta parece un
libro cerrado, impenetrable… más que ninguna otra película que yo haya hecho,
esta existe en el ojo de quien la está viendo, y le permite penetrar muy
adentro de sí mismo, si quiere…Palermo es una de las ciudades que tiene una
relación más estrecha con la muerte…Creo solo en la fuerza del amor y que todo
lo que se hace sin amor no merece la pena. Nada de lo que está hecho sin amor
sobrevivirá
Visto en perspectiva, este viaje nos conmocionó tanto a los que fuimos como a los que se quedaron.
ResponderEliminarDefinitivamente, tendremos que dejar de dudar de la interconexión galáctica.
Besos a todos, cariños.