miércoles, 15 de mayo de 2013

TERCER DÍA-PARTE PRIMERA ... PEREGRINACIÓN A MONREALE




Si. Monreale está muy cerca de Palermo, pero llegar hasta allí fue un periplo propio de una peregrinación. En Sicilia, a veces, pasan estas cosas. Los alcaldes de dos localidades tienen problemas entre ellos, y uno decide suprimir el autobús que facilita el acceso. Pero también tiene otras cosas que compensan con creces ésta, como la amabilidad de su gente. Un siciliano, si puede, nunca dejará que te pierdas... a menos que tú quieras hacerlo.
En un principio en el itinerario estaba previsto llegar andando a la Piazza della Independenza, para así aprovechar y visitar algunos sitios de interés que a la vuelta probablemente estarían cerrados. Pero el día anterior había sido intenso, y se optó por llegar en autobús. Una maratón había cerrado el tráfico en las calles, y segundos después de que nuestro gesto denotara cierta incertidumbre, ya teníamos a un palermitano dispuesto a caminar con nosotros y llevarnos hasta la siguiente parada. Durante el trayecto se ofreció a acompañarnos a Monreale, y me contó que hacía estas cosas porque disfrutaba con ello, le permitían conocer gente, y, sobre todo, tener cosas que contarle a su mujer cuando volviera cada día a casa. Nos acompañó, nos dio todo tipo de indicaciones, se esperó a que llegara el autobús, habló con el conductor y allí se quedó, sonriente y satisfecho, mientras nos despedía con un afectuoso gesto. Recuerdo algo que me dijo, y que pudimos comprobar poco después : "Chi va a Palermo e non va a Monreale, arriva asino e torna maiale". Menos mal que decidimos ir.
Bajamos del autobús, y tras una larga caminata y una larga espera a otro autobús que nunca llegó, comenzaron las negociaciones con un taxista. Tras varios viajes, y el rescate de algunos atrevidos que habían decidido subir andando, el grupo volvió a reunirse sano y salvo ante la catedral. Pero después de la tensión y la caminata, se imponía una tentación, y solté unas palabras mágicas recordando que en aquella cafetería, junto a la catedral, había probado una vez unos dulces que te llevaban al paraíso.. o al mismísimo infierno. Y como lo mejor para vencer la tentación, es sucumbir a ella ... pues sucumbimos. Yo casi no salgo en las fotos ... es lo que tiene dedicarse a hacerlas, pero lo que hoy me duele es no poder ofreceros la fotografía de aquel cannolo. Uno de los dulces más típicos de Sicilia. Un tubo de masa relleno de ricotta y trozos de chocolate. "Leave the gun. Take the cannoli". Deja el arma. Coge los cannoli. El Padrino III.




Atravesamos las magníficas puertas de bronce de la catedral encargada por Guillermo II en el siglo XII, y allí nos estaban esperando más de 2000 metros cuadrados cubiertos de mosaicos que nos relataban, siguiendo el sentido de las agujas del reloj, la historia sagrada, desde la creación hasta la pasión de Cristo. Mas de 200 kilos de oro con el que artistas bizantinos e italianos habían elaborado uno de los tesoros más brillantes e impactantes del arte europeo. El mayor alarde artístico de los normandos, que cumplió con creces su objetivo, impresionar al espectador y dejarle sin palabras. 









El claustro no se podía visitar en ese momento, pero esperamos. Las vistas desde  alto de la catedral, aquel espacio y aquellas 228 columnas ricamente decoradas  con distintos materiales y motivos iconográficos, justificaban una espera que, en sí misma, también valió la pena. 


















5 comentarios:

  1. Leave the gun an take the cannoli: buen consejo para saborear la paz y el arte.
    En la catedral, nos encontramos con la ceremonia de un bautizo en grupo: los niñitos rodeados de toda su familia,y la niña Margueritta, preciosa, vestida con una chaquetita verde "fosfo". Me resultó enternecedora esa imagen popular de los bautizos en nuestra cultura.
    Por supuesto, la visita era imprescindible en el periplo palermitano.

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  2. Según la foto, los martinis acompañaron la frugal colación del mediodía. Y las palomas cagonas merodearon nuestro asentamiento, a ver qué pescaban. Inolvidable.

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  3. Viva las palomas cagonas y mi viaje a Palermo, que me ha puesto del revés.
    Aviso a los navegantes: no renuncio a nada porque ya sé que es posible.
    (Y el que avisa no es traidor, je,je)

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  4. Y para cuándo el resumen de la visita a la inolvidable Cefalú: arte, opípara colación mediterránea y mar con nubes.

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  5. Palermo: viaje iniciático que marca el devenir.
    Otro día os diré por qué, aunque no sé en qué momento ocurrió la iniciación. El resultado es visible en mi vida. Qué me pasó en esas tierras? El arte exuberante y el contraste con la ciudad viva y descuidada; aquellos músicos, su aspecto ..., mediterráneos, acogedores pero celosos de si mismos. Puro respeto al popolo.
    Besosss.

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